Vega de Valcarce - Portomarín - Miércoles 1/05/2013
Vega de Valcarce - 14,0 - Piedrafita do Cebreiro (Quedan )
Desde la salida de Segovia
afrontábamos en esta etapa nuestra quinta jornada consecutiva. Ni que decir tiene que los esfuerzos
realizados en la cuatro días anteriores
estaban pasando su correspondiente factura en nuestros cuerpos que empezaban a
tener “achaques varios”. La dureza del
trazado, el frío y la terrible humedad que habíamos sufrido la jornada
precedente tampoco habían ayudado a recomponernos.
Afortunadamente habíamos
conseguido recuperar casi toda la ropa que estaba mojada la noche anterior. Los
radiadores de la calefacción habían hecho una buena función.
Nos levantamos temprano y, ya
casi como una obsesión, lo primero mirar por la ventana de la habitación la
situación meteorológica. De momento no
llovía y el viento estaba dentro de unos
límites asequibles.
La presente jornada era otro de los hitos marcados por todos y cada uno de los peregrinos que
realizan el Camino a Santiago.
Superar la población de O Cebreiro, ya en
tierras gallegas, supone un importante impulso moral para todos.
Desde la salida del hotel hasta
la población de Piedrafita de O Cebreriro, teníamos que recorrer unos 14
kilómetros. Escogimos la N VI, en su trazado antiguo, como referencia para
llegar hasta Piedrafita. El trazado es tranquilo para los ciclistas por el
hecho de que la autovía A- 6, aunque a niveles de altura distintos, discurre paralela a ella y tanto los vehículos
particulares como los dedicados al transporte de mercancías utilizan la
autovía.
Dejamos atrás Portela de
Valcarce y Ambasmestas y Vega de Valcarce con el río Valcarce de testigo. La
carretera discurre entre montañas y los viaductos de la autovía se vislumbran en muchos casos lejanos a una considerable diferencia de altura.
Al paso por Ruitelán y las
Herrerias la pendiente comienza a ponerse seria. A la izquierda las
cimas de las montañas donde intuíamos que llegaríamos después de varias horas
de pedaleo.
Paso por Las Herrerías, con uno de los viaductos de la A-6 al fondo en lo alto. |
Desde un pequeño corral situado
a la derecha de la carretera, salió un gallo que por algún motivo que no
conseguimos determinar, se abalanzó sobre la bicicleta de Nacho, persiguiéndole
durante algunos metros…¿Qué le hiciste al gallo Nacho?
En plena subida, a punto de
llegar a la zona más dura, la carretera hace una fuerte curva a la izquierda,
pasando nuevamente por debajo de la
autovía A-6 en dos ocasiones.
Un kilometro antes del punto
donde la A-6 y la N601 se encuentran al mismo nivel de altura, nos encontramos
con el tramo más duro de la subida hasta Piedrafita.. Unas pendientes muy
fuertes en donde las bicicletas y las alforjas tiraban realmente hacia atrás. Nuevamente
atravesamos al otro lado de la A-6, llegando a Piedrafita por la parte derecha
de la autovía. A medida que subíamos, la temperatura descendía y el cielo se
iba nublando considerablemente.
En el punto de la N-601 donde
abandonando Castilla-León y comenzábamos nuestra andadura por Galicia,
paramos para hacer unas fotos. Nos íbamos acercando a nuestro destino. Nuevo
momento de subida de moral.
Paramos en el centro de la
población. En la panadería O Forno do Cañoto, confirmamos nuestra ruta y
aprovechamos para incorporar a nuestras credenciales el primer sello de la
jornada.
Piedrafita - 4,5 - Cebreiro (Quedan 153,0)
Cogimos agua en la fuente y algunos tomamos alguna barrita
reconstituyente para afrontar el segundo puerto de la jornada. Algo más de
cuatro kilometros hasta Cebreiro.
Con todas las luces puestas y nuestros los chalecos
reflectantes intentábamos hacernos ver a los pocos vehículos que subían y
bajaban.
En un momento dado, cuando ya estábamos prácticamente encima
de él distinguimos el rotulo de llegada a la población.
Pocos metros más adelante una desviación a la izquierda que
lleva directamente a la pequeña y encantadora población de Cebreiro.
La pobre visibilidad hizo que al llegar a las primeras casas
no tuviéramos referencia de donde se encontraba el resto de la población. Sin
saberlo, estábamos a las espaldas del Santuario.
Luis dio una vuelta a las casas y rápidamente nos marcó el
camino.
El interior del pueblo, a pesar de la profunda niebla, era
encantador. Que pena no haber podido ver toda aquella zona en un día despejado.
Sin ser multitud, si había por el pueblo “ambiente peregrino”. Alguna tienda de
recuerdos y varios peregrinos a pie y en bicicleta.
Habíamos llegado a otro de los puntos míticos del Camino de
Santiago. A pesar del tremendo esfuerzo, estábamos contentos, muy contentos.
En la puerta del Santuario dejamos las bicicletas y entramos
a la Iglesia.
|
credenciales. Este sello valía mucho …
Siete u ocho curas estaban en el altar oficiando la misa. Como anécdota, había más curas que feligreses |
Y en el libro de visitas del Santuario, nuevamente dejamos
un mensaje de los Peregrinos Boys.
Nos estábamos quedando fríos. La humedad ambiente, nuestro
sudor y la baja temperatura eran malos aliados para nosotros. Dimos una rápida
vuelta por las cuatro casas del pueblo y pusimos rumbo a nuestro siguiente
destino.
Antes de nada preguntamos como salir, ya que con la niebla
habíamos perdido las referencias para abandonar Cebreiro. A pesar de las
indicaciones de un paisano, como ya iba siendo habitual en este grupo de
peregrinos, tomamos el sentido equivocado y cuando salíamos del pueblo tuvimos
que volver sobre nuestros pasos para coger el camino correcto.
Cebreiro - 8,5 - Alto do Poio (Quedan 144,5)
Salimos de Ceberiro para afrontar el último puerto de la jornada. Casi nueve kilómetros para llegar al Alto de Poio y treinta y tres a Samos, donde teníamos previsto comer.
En este caso el trazado era distinto. Las subidas, que
prevalecen, se alternan con alguna zona llana e incluso algún pequeño
descenso.
Transitando por la LU-633 dejamos atrás las poblaciones de
Liñares y Hospital de la Condesa.
Alto do Poio - 24,5 - Samos (Quedan 123,5)
En cuanto coronamos el Alto de Poio, la carretera empieza a
inclinarse hacia abajo. Después de varias horas pedaleando hacia arriba, los
cuerpos lo agradecen. Tan sólo el sudor y la humedad que llevábamos encima
producían cierta incomodidad en la bajada.
Nos separaban de Samos, unos 25
kilómetros. Buen firme y a disfrutar del descenso por la LU-633. Atrás quedaron
Fonfría y Pasantes, antes de llegar a Triacastela.
Atravesamos Renche y nuevamente con un descenso algo más
pronunciado llegábamos a Samos.
Nada mas atravesar el río Sarria, se encuentra el Monasterio
de Samos, donde sellaríamos nuestras
credenciales después de comer.
En la pequeña gasolinera que está pegada a la fachada del
Monasterio, paramos para ver donde se encontraba el restaurante donde teníamos
previsto comer y que ya llevábamos decidido antes de nuestra salida en Madrid. Nuestras
previsiones se seguían cumpliendo. A pesar del esfuerzo íbamos cumpliendo
nuestras pretensiones día a día.
El restaurante A VEIGA se encuentra unos cientos de metros más adelante a la izquierda, después de pasar el monumento al peregrino.
El restaurante A VEIGA se encuentra unos cientos de metros más adelante a la izquierda, después de pasar el monumento al peregrino.
Fuimos allí porque nos lo recomendó Mar (hija de Carmiña), que nos dijo que preguntásemos por Eva (la dueña del restaurante). Lo cierto es que, aunque estábamos hambrientos, la calidad de los productos fue excelente y el sitio nos encantó. Si pasáis por allí no dejéis de visitarlo.
A la salida del restaurante, volvimos hacia el monasterio
para incorporar nuestro sello acreditativo. Quisimos conocer al Padre Domingo, pero no se encontraba allí en ese momento, aunque hablamos con él por teléfono y nos deseó mucha suerte para el resto del Camiño. Nos reímos muchísimo con el "Padre portero", un monje
bastante atípico y los chascarrillos que hizo sobre un turista alemán que se
encontraba allí también y que por el contrario era muy típico.
El "Padre portero" nos indico que el sello que nos ponía en ese momento era el más bonito de todo el Camino.
Para gustos los colores, pero ciertamente el sello tiene muy buena pinta y es grande, muy grande.
Volviendo nuevamente para salir del pueblo, paramos también
junto a la estatua del peregrino. Allí hicimos varias fotos antes de salir
hacia nuestro destino final de la jornada Portomarín.
... unos peregrinos algo traviesos estaban haciendo de las suyas ...
Samos - 11,7 - Sarria (Quedan 113,8)
Un terreno mucho más llano
con algún pequeño repecho que nos llevó hasta la entrada a Sarria.
Atravesamos
la población en línea prácticamente recta. Al final tomamos a la izquierda y
poco más adelante a la derecha para salir de la población rumbo a Portomarín
vía Paradela.
Sarria - 24,6 - Portomarín (Quedan 91,8)
Tomamos la C-535. A la salida, un buen repecho para que no se nos olvidaran
las tremendas subidas que habíamos tenido que superar esa misma mañana. A
partir de ahí el trazado es un tanto “rompe-piernas”.
Ya
eran cerca de las 20,00 h.
Nuevo repecho a la salida de Paradela y rumbo a Portomarín intentando descontar los 10 kilómetros
que separan ambas poblaciones.
Las piernas ya iban “duras” del esfuerzo realizado durante toda
la jornada.
Cuando pensábamos ya en una buena ducha y un merecido
descanso, Nacho pincha nuevamente un par de kilómetros antes de iniciar la
bajada hacia Portomarín.
Javier y Andrés continúan pedaleando para llegar al Hotel
cuanto antes e ir despejando el camino para cuando llegáramos el resto.
Un poco “hechos polvo” por la hora y por la situación,
recuperamos nuevamente la carretera para llegar a Portomarín. Afortunadamente
la entrada al pueblo es en claro descenso, lo que nos ayudó a última hora.
Nada más cruzar el embalse de Belesar, Andrés y Javier
estaban esperando. Estaba anocheciendo, pero ya tenían las llaves de las
habitaciones y localizado el sitio donde dejar nuestras bicicletas.
Nuevamente habíamos hecho en la jornada casi cien
kilómetros. Etapa dura de nuevo, tanto por la dureza de la primera tercera parte del
recorrido, como por el cansancio acumulado a los largo de los cinco primeros
días.
Una buena ducha y a cenar !!.
A lo largo de la cena, vimos la segunda parte del Barcelona
– Bayern.
Como el día anterior, nuevamente los alemanes nos “metieron mano”.
Animo chicos que ya falta menos para la meta.Espero que hoy tengáis mejor tiempo.Que paseis un buen día.
ResponderEliminarVamos muchachos, ánimo que lo peor ya lo habeis pasado. Que tengais suerte y no os llueva. Pasadlo bien.
ResponderEliminarUn beso,
Servi y Luisa.
Bueno por lo que veo en las fotos buena comida y buen vino, eso es señal de que hay apetito y si hay apetito es que todavía estáis sanotes jejejeje!!!!. Ahora sí que lo tenéis chupado, disfrutad mucho. Un abrazo.
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