Astorga - Vega de Valcarce - Martes 30/04/2013
Astorga- 6,0- Castrillo de los Polvazares (Quedan 252,0)
Las predicciones meteorológicas que habíamos visto la noche
anterior, no eran muy halagüeñas. Todavía no había amanecido, cuando alguno de
nosotros ya estaba asomado a la ventana de la habitación para ver como se
presentaba el día. La realidad superaba
al pronóstico, nublado, muy nublado y por supuesto lloviendo.
Nuestra etapa de hoy tenía como objetivo llegar a Vega de
Valcarce, a los pies del Puerto de Piedrafita en la N-VI que une las ciudades de Madrid y La
Coruña. Recorrido previsto, 97 kilómetros. El punto álgido de la jornada era el
paso por la Cruz de Ferro, punto
emblemático del Camino de Santiago.
Podríamos haber desayunado
un “ladrillo de tortilla” que habíamos visto la noche anterior en el
restaurante, pero Andrés nos recomendó otra alternativa. Finalmente, dos cafés
con leche, un descafeinado de sobre, el Cola Cao de Nacho y un descafeinado de
maquina con leche y “silicona”. En
paralelo, unas consistentes porras que tendrían que dar soporte a nuestras
necesidades energéticas de la jornada matutina.
“Alforjamos” las bicicletas, lloviendo por supuesto, y
salimos hacia el centro de Astorga, pasando antes por una gasolinera próxima para
recoger unos guantes de plástico, empeño en este caso de Nacho.
Accedimos al centro monumental de Astorga, una ciudad preciosa.
En la Catedral incorporamos a nuestras credenciales el consabido sello de inicio de la jornada.
En la entrada de la Catedral nos hicimos fotos con peregrinos de otros países.
También Nacho se encontró con un paisano "que dice que canta" y que como Nacho muy bien dice, que hay que decir siempre la verdad ... le echó una charla peregrina y le dijo que no tenía ni idea de cantar y no era de extrañar por eso el mal tiempo que hacía ...
Todos los hermanos quedamos impresionados.
Por un
lateral de la valla de la catedral salimos con nuestras bicicletas y sus
alforjas en busca del Palacio Gaudi. Era demasiado temprano y no pudimos
acceder a su interior para registrar un nuevo sello.
Nosotros elegimos “La
Aseguradora Global de Confianza”.
Frente al Palacio Gaudí de Astorga, al vernos pertrechados con
nuestras bicicletas y nuestras alforjas, una simpática empleada de la compañía
salió a saludarnos y desearnos “Buen Camino”.
Teníamos por delante casi cien kilómetros y a pesar del encanto
de esta ciudad, no podíamos demorar más
nuestra salida.
Salimos de Astorga por la LE 142. Seguía lloviendo.
Adelantamos con las bicicletas a algunos de los peregrinos que habíamos visto
anteriormente en las inmediaciones de la Catedral. Algunos ya con un andar
cansino y todos refugiados debajo de sus ponchos impermeables lo que les daba
un curiosísimo aspecto.
Atravesamos Valdeaviejas, Murias de Rechivaldo y Castrillo
de los Polvazares. En la entrada de este último nos ajustamos nuestros chubasqueros.
Y los de nuestras alforjas.
Castrillo de los Polvazares -7,0- El Ganso (Quedan 245,0)
A la salida de Castillo de los Polvazares la ruta comienza a
empinarse. Giramos hacia la derecha atravesando a continuación la población de
Santa Catalina de Somoza.
El Ganso - 6,9 - Rabanal del Camino (Quedan 238,1)
A la salida de El Ganso, empiezan a verse cercanas las
montañas a las que deberemos hacer frente en pocos kilómetros.
El trazado comienza a inclinarse como no podía ser de otra
manera.
Continuaba lloviendo cuando entramos en Rabanal, un pequeño pueblo precioso con un encanto especial que se ubica en una ladera a la derecha de la carretera.
Continuaba lloviendo cuando entramos en Rabanal, un pequeño pueblo precioso con un encanto especial que se ubica en una ladera a la derecha de la carretera.
Dispone de una bonita capilla en la calle
central de la población a la derecha . Más adelante, a la izquierda, la iglesia
austera y oscura (la luz del día elegido, tampoco ayudaba). Aspecto
puramente “Templario”.
En un albergue enfrente de la iglesia conseguimos
nuestro sello acreditativo.Una señora originaria de Reino Unido nos atendió.
En la entrada de la iglesia a la izquierda había un libro de visitas. Allí dejamos, dejamos nuestro mensaje.
Rabanal del Camino - 5,7 - Foncebadón (Quedan 232,4)
Salimos de Rabanal por la parte
alta del pueblo. El siguiente objetivo: Foncebadón, como paso previo a la llegada a
la Cruz de Ferro.
Al poco de salir de Rabanal nos
encontramos con algunos peregrinos que hacían el Camino tanto a pie como en
bicicleta.
.
Entre ellos estaba Verónica una simpática joven que residía en Cataluña y que iba pertrechada con los atavíos que aparecen en la foto.
Hasta Foncebadón
discurrimos por unos seis kilómetros de subida seria que cada uno fuimos
haciendo a nuestro ritmo bajo la tenaz lluvia.
Una vez allí, paramos para reagruparnos y tomar fuerzas. A
pesar de del frío, la nieve y la humedad, el entorno era precioso.
En la puerta de la Taberna de
Gala hicimos algunas fotos.
Foncebadón - 2,1 - La Cruz de Ferro (Quedan 230)
Abandonamos Foncebadón para
seguir subiendo, en una pendiente aún
más dura que la anterior, durante un par
de kilómetros hasta la Cruz de Ferro.
Una vez allí, a los pies de la
Cruz, emocionante, muy emocionante. Abrazos, alegría y gritos de ánimo entre los
“Peregrinos Boys”.
Cuando sales de Madrid, tienes
en tu rutómetro particular ciertos puntos de referencia en el trazado del Camino.. Sabes
que para llegar a Santiago de Compostela hay que ir superando enclaves
concretos a lo largo de las jornadas previstas, y este, sin duda, era uno de ellos. Y la emoción era lógica,
además de la dificultad física de llegar a este punto, por los kilómetros
desarrollados en las anteriores etapas y la subida prevista de la presente,
estaba siendo un día duro, muy duro.
Lluvia, frío, nieve, el cielo de un gris oscuro siempre amenazante…
Todos llevábamos nuestras
piedras originarias de Madrid, para depositarlas a los pies de la Cruz junto con nuestros
deseos personales. Y así lo hicimos.
La ocasión requería realizar una
multitud de fotos que inmortalizaran el
momento. Yves, un simpático peregrino
francés con el que habíamos coincidido unos kilómetros antes, nos hizo alguna
de las fotos .
La Cruz de Ferro - 20,1 - Molinaseca (Quedan 213,4)
El momento era inolvidable pero
había que seguir nuestra ruta en busca de Molinaseca.
Nos liamos de tal manera que nos
quedamos fríos. La temperatura era muy baja y no ayudaba a entrar en calor.
Preveíamos, según las
referencias que llevábamos, que el descenso por la LE 142 camino de Ponferrada sería
inmediato nada más dejar la Cruz de Ferro. Pero no fue así. El Camino discurre
en los siguientes kilómetros por una
zona “rompepiernas” donde hay varias subidas cortas pero de una pendiente muy
considerable.
El intenso frío combinado con la humedad que
arrastraban nuestros cuerpos hacía que lo acusáramos. Las manos heladas. En la
vertiente que da hacia Ponferrada ,la nieve había caído más copiosamente y la
montaña estaba mucho más blanca.
Dejamos atrás Manjarín, y ya en claro descenso llegamos a El Acebo, con sus preciosas casas y su característica calle central empedrada.
En las inmediaciones de Riego de Ambroz valoramos la posibilidad de parar a comer, pero decidimos terminar la bajada hasta Molinaseca. Una terrible humedad estaba instalada en nuestras ropas y en nuestros cuerpos. Realizar el resto de la bajada después de comer hubiera sido garantía de pasar un rato poco recomendable incluso para cualquiera de nuestros enemigos…
Debido a unos desprendimientos
originados por el mal tiempo, un par de kilómetros antes de llegar a Molinaseca
la carretera LE 142 estaba cortada al
tráfico.
Afortunadamente con nuestras
monturas no tuvimos problemas en sobrepasar la zona afectada. Poco después
entrábamos en Molinaseca.
Al poco de entrar, a la
izquierda, atravesamos con nuestras bicicletas el puente de piedra que cruza el rio Meruelo y que lleva desde la
carretera al corazón de la población.
Las energías de las porras que
habíamos desayunado en Astorga, hacía tiempo que habían abandonado nuestros
cuerpos y estábamos ansiosos por comer.
Nada más cruzar el puente, vimos varios restaurantes.
En el que está justo a la derecha: "El Palacio", debajo de donde termina el puente entró
Paco para ver si coincidía con nuestras previsiones .Fue entrar y decidido.
Un sitio amplio, limpio y con ¡una chimenea!. Tan pronto entramos pusimos nuestros guantes alrededor de la chimenea intentando que se secaran durante la comida. Las chaquetas, y los chubasqueros, también los colgamos individualmente de los percheros intentando que la humedad desapareciera.
Además de la atención de Águeda, que nos sirvió durante la comida de forma inmejorable.
¡¡ Gracias Agueda!!
¡¡Gracias Águeda!! |
Molinaseca - 7,9 - Ponferrada (Quedan 205,4)
Después de la copiosa comida, había que volver a nuestra
dura realidad. Estábamos a unos 50 kilometros de nuestro destino vespertino,
Vega de Valcarce.
Continuaba lloviendo, y aún lo haría más.
Pusimos rumbo a Ponferrada pasando previamente por la población
de Campo en un ligero descenso.
Una vez allí atravesamos la ciudad lloviendo.
Saliendo hacia la A-6 por la avenida de Asturias discurrimos por el arcén de la
autovía durante unos kilómetros.
Ponferrada - 25,0 - Villafranca del Bierzo (Quedan 183,0)
En la bajada hacia la N 601 Paco estuvo a punto de volver a
llevarnos al centro de Ponferrada. Afortunadamente rectificamos en unos pocos
metros.
Salimos a la N 601 para dirigirnos a Villafranca. Llovía
intensamente y había que pedalear rápido. El trayecto siempre por la carretera.
Con la ayuda de Nacho, tirando a tope de nuestro convoy, realizamos
velozmente la primera parte del trayecto. Había que llegar pronto para ver el
partido del Real Madrid.
Antes de llegar a Villafranca del Bierzo saltamos la A-6 por
un paso elevado y unos pocos minutos después, ya circulando por la parte
derecha de la autovía llegábamos al pueblo de Villafranca.
Seguía lloviendo. Después de pasar por delante del Parador
de Turismo, preguntamos a la entrada por algún punto donde nos sellaran
nuestras acreditaciones.
Estábamos calados hasta los huesos. Dejamos las bicicletas
debajo de un techado y durante unos minutos entramos en sus estancias.
y nos hicimos algunos
fotos con los peregrinos del albergue.
Nuestro ánimo seguía alto.
Villafranca del Bierzo - 20,2 - Vega de Valcarce (Quedan 164,1)
Los veinte kilómetros que separan Villafranca de Vega de
Valcarce los hicimos por el trazado de la N 601, en paralelo a la A-6 que
cruzamos en varias ocasiones.
A pesar de la humedad que llevábamos encima y el agotamiento
de tan dura jornada, la visión del río Valcarce animaba. Pedaleamos junto al
río durante varios kilómetros, su espectacular caudal, debido a las fuertes
precipitaciones de las últimas semanas, proporcionaban un fantástico paisaje.
Cuando faltaban unos pocos kilómetros para llegar, Andrés y
Paco se adelantaron para ir solicitando en el hotel las llaves de las
habitaciones y localizar el lugar donde debíamos dejar
nuestras bicicletas.
Al llegar al hotel nos indicaron el lugar donde descansarían
nuestras monturas. Cuando quitamos las alforjas
en el interior del almacén, los chubasqueros que las cubrían tenían
varios litros de agua acumulados en su interior. Tuvimos que salir de la
estancia para soltar el líquido elemento.
Eran las 20,45 h. y habíamos hecho 97,400 kilómetros en la jornada.
Nos esperaba en cualquier caso una nueva sorpresa...
Hubo que escurrir el agua de la ropa y, como pudimos, tenderla alrededor de los radiadores de la
habitación intentando que a la mañana siguiente estuviera seca.
Cenamos en el hotel viendo la segunda parte del Real Madrid
– Borussia Dortmund.
A pesar de la victoria 2 – 0 del Madrid, los alemanes nos
dejaron en la cuneta.
Nueva jornada durísima por la inclemencias meteorológicas.
Había que dormir rápido ya que al día siguiente desafiaríamos a la etapa reina
del Camino. Los puertos de Piedrafita, O’ Cebreiro y Poio nos esperaban desde
el mismo instante en que saliésemos del hotel.
Impresionante, impresionante, y encima queda lo mejo….
ResponderEliminarGrande, muy grande.