Simancas - Sahagún - Domingo 28/04/2013
Habíamos cenado en el Hotel y no quedó otro remedio que aprovechar el tiempo y “dormir deprisa” para acometer la siguiente jornada Simancas – Sahagún. El esfuerzo y la tensión del día anterior habían sido grandes.
El día había amanecido claro. Algo de viento pero al menos no llovía. El "hombre del tiempo" nos había dado ciertas esperanzas ...
Sobre las 8,00 h. comenzamos a pertrechar nuestras monturas con el equipaje. Alguno aprovechó para dar un agua a la bicicleta.
Simancas - 6,0 - Ciguñuela (Quedan 460,0)
A la salida del hotel, desandamos el camino que habíamos realizado por la noche por la vía de servicio. Pudimos ver los campos por donde habíamos llegado al hotel y curiosamente multitud de conejos que correteaban animosamente. ¿Se les habría pasado ya el susto de vernos invadir sus dominios la noche pasada?
Cruzamos la autovía por un puente y siguiendo las instrucciones que nos habían dado en el hotel cogimos un camino paralelo a la autovía que nos llevó a Simancas. Qué diferencia de trazado respecto a la noche anterior!. Pudimos comprobar desde abajo las antenas de comunicaciones donde habíamos estado a última hora de la noche. El GPS había detectado la ruta y estaba nuevamente “contento”.
Llegada a Simancas para sellar en la Iglesia y nuevamente cerrada. Había que buscar un sello y lo conseguimos en el bar PORTALÓN de la calle El Salvador. Muy amables.
Mojón |
Ciguñuela - 7,0 - Wamba (Quedan 453,0)
Terreno húmedo y comienzan los páramos típicos de esta zona. La bicicletas avanzan con dificultad y el viento comienza a hacer sus primeros estragos.
Poco antes de llegar a Wamba el Camino se divide para peregrinos a pie y peregrinos en bicicleta. Hay unos curiosas señalizaciones que hasta ahora no habíamos visto.
Nosotros tomamos el nuestro. Salimos a la carretera VA 514 y después de una pequeña bajada entramos en el pueblo donde vuelve a juntarse el Camino.
En la foto, la incorporación del Camino a la carretera VA 514.
Al fondo de la foto, en una vaguada se encuentra Wamba.
Wamba - 7,0 - Peñaflor de Hornija ((Quedan 446,0)
A la salida de Wamba una potente subida a la izquierda y nuevo páramo. A sufrir con el viento.
Terreno un tanto embarrado que junto con el viento hacen que la media prevista descienda
La llegada del Camino a Peñaflor de Hornija simplemente bochornosa.
Se accede a través de una vaguada que enlaza con un camino de unos 300 metros en una terrible pendiente que esta cubierta por todo tipo de deshechos orgánicos e inorgánicos procedentes de la población. ¡Penoso!.
Afortunadamente uno de los vecinos nos ofreció amabilísimamente la posibilidad de limpiar con una manguera de agua las bicicletas, las alforjas y nuestras zapatillas de ciclismo.
Ya en el pueblo, sello acreditativo de haber pasado por allí en el Bar Avenida. La iglesia cerrada.
Peñaflor de Hornija - 10,0 - Castromonte (Quedan 436,0)
Salimos hacia Castromonte. Nos cruzamos con multitud de ciclistas de carretera, cosa que nos sorprende encontrarnos por aquella zona. Nos animan a seguir en nuestro empeño.
Las alforjas y las piernas empezaban a pesar.
Alguna granja de ganado porcino a lo largo del nuevo páramo. Terreno muy embarrado y sucio. Las bicicletas cada vez andaban más despacio.
El Camino se incorpora a la carretera por la derecha de la foto.
Directamente a la Iglesia del pueblo. Nuevamente cerrada, Cuatro simpáticas , guapas y jóvenes féminas que estaban en la puerta nos facilitan el acceso a la Iglesia abriéndonos la puerta. Nos enseñan su bonito interior, incluida una zona nueva, probablemente reconstruida recientemente, y con una pila de enormes dimensiones.
En ese momento pensamos que podría ser un buena ocasión, dada la amabilidad de las paisanas, para reponer fuerzas y comer algún bocata, así que les preguntamos dónde podíamos ir. Frente e nosotros vimos el Bar Caribe, pero alguien nos dijo que podíamos ir a otro bar que estaba algo más lejos, así que fuimos a ese otro y nos dijeron que no había bocatas. Entonces decidimos volver al Bar Caribe y preguntar.
Entramos a preguntar y fue entonces cuando conocimos a Braulio, un señor muy amable de 92 años que regentaba el establecimiento. Nos dijo que no nos preocupásemos, que "algo habría para prepararnos...".
Como habitualmente, dejamos las bicis fuera bien aparcadas y al entrar vimos el buen ambiente que había en el bar, su decoración y las guapas y jóvenes féminas que tan amablemente nos habían recibido antes.
Al verlo, el Hno. Ferrarini dijo: " ¡¡Que buena pinta, seguro que estarían mucho más ricos con unos huevos fritos!! ".
Dicho y hecho, apareció la cocinera con una bandeja de huevos recién fritos y nos dijo que tenían un lomo de orza que hacían ellos.
No pudimos resistir la tentación y dijimos:
¡¡ A por ellooooosss !!
Fue en ese momento cuando el concepto "pajarita" tomó su verdadera forma.
Braulio se portó con los Peregrinos Boys de maravilla, así que nos hicimos una foto con él, que posteriormente le enviamos por correo postal para que integre la decoración de su Bar Caribe.
Si pasas por Castromonte, no dejes de visitar a Braulio.
... y por supuesto, sello aquí !!
Castromonte - 9,0 - Valverde de Campos (Quedan 427,0)
Después de pasar un rato inolvidable junto a Braulio y su gente tocaba volver a la dura realidad y seguir pedaleando. El chorizo, el lomo y los huevos fritos con puntilla harían su efecto.
Eran poco más de las 15,00 h. y había que apretar.
Salimos por la C611. Inicio en bajada para cruzar el rio Bajoz y pequeño repecho para encontrarnos con un nuevo páramo. 11 km. a Medina de Rioseco.
Nada más asomar al altozano el viento soplaba de forma intensísima. Recién comidos y con fuerza en las piernas los primeros kilómetros empezaban a hacerse duros por culpa del viento.
Primer pinchazo de nuestra aventura.
La rueda trasera de la bicicleta de Nacho estaba pinchada. Cuando nos dimos cuenta los de delante, vuelta hacia atrás y a reparar.
Como comentaba Javier, había vuelto hacia donde estaba Nacho sin dar prácticamente pedales. El viento que hacía le había traído en “volandas” sin hacer ningún esfuerzo.
Desalforjamos, reparamos pinchazo, alforjamos y el viento azotaba sin descanso. Al menos nos lo estábamos tomando con humor (de momento).
¡¡ Vaamos Naaaaacho !!
La llegada a Valverde de Campos en descenso, pero las bicicletas seguían sin andar.
El viento estaba empeñado en llevarnos nuevamente hacia Castromonte (y tan contentos que hubiéramos vuelto), pero nuestro empeño era otro.
Valverde de Campos - 5,0 - Medina de Ríoseco (Quedan 422,0)
Sin dejar de pedalear ni un solo instante, recorrimos los pocos kilometros que separan Valverde de Medina de Rioseco.
Ya en Medina de Rioseco , nada más cruzar el rio Sequillo, giramos a la derecha para acceder al Museo de San Francisco, que comparte instalaciones con la oficina de Turismo. Dispone de un precioso claustro en la entrada, en el lateral de la iglesia, que merece la pena conocer.
Incorporamos a nuestras credenciales el correspondiente sello acreditativo, y realizamos nuestras fotos de rigor.
Alrededor de las 17.00 h. salíamos con dirección a Villalón de Campos.
Medina de Ríoseco - 26,0 - Villalón de Campos (Quedan 395,0)
Nos quedaban un buen puñado de kilómetros todavía y el viento seguía azotando muy fuerte. Decidimos hacernos “un por fuera” (que diría Jorge Lorenzo) y dejando el trazado propio del Camino nos salimos a la carretera para intentar ganar tiempo.
Al pasar por el desvío que lleva a Villarramiel, nos acordamos de “La voz del Vino”, canción que interpretaba el Nuevo Mester de Juglaría y que hace mención a esta localidad.
A lo largo del Camino, una de las noches cenando, recitamos parte de su letra.
- Vino vinin,
- de la copa copin,de la cantincopa,
- el que no diga tres veces:
- vino vinin,
- de la copa copin,de la cantincopa,
- no beberá ni gota.
- De dónde eres?, de Villarramiel,
- ¿vecino?, de Gibraltar,
- Donde tienes la casa?, en la plaza.
- ¡¡ Caramba !!, junto a mi casa.
- ¿Y la viña?, en la cuesta.
- ¡¡ Caramba !!, junto a la nuestra.
- ¿Cómo se llama tu mujer?, María.
- ¡¡ Caramba !!, como la mía.
- ¿Y tu hermana?, Ana.
- ¡¡ Caramba !!, como mi hermana.
- Y cómo es que siendo de Villarramiel
- Y cómo es que siendo de Villarramiel
- vecino de Gibraltar;
- caramba junto a mi casa;
- y la viña en la cuesta,
- caramba junto a la nuestra;
- y llamándose tu mujer María,
- caramba como la mía,
- y tu hermana Ana,
- caramba como mi hermana.
-¿Por qué no nos conocíamos?
- Porque no bebíamos.
- Para que nos conozcamos, ¡¡¡ BEBAMOS !!!.
Una vez en la C611 el viento que entraba frontal y por la derecha soplaba de forma tremenda.
Adoptamos formación de abanico con el fin de resguardarnos unos de otros y potenciar así nuestro peregrino y cansado avance. El esfuerzo del día anterior, los duros kilómetros de la presente jornada y el vendaval nos estaban minando física y moralmente. No avanzábamos más de ocho o nueve kilómetros por hora.
Cuando te tocaba ir al final de la formación, era curioso ver como las bicicletas las llevábamos inclinadas hacía nuestra derecha de forma muy ostensible, con el único fin de poder guardar el equilibrio. Rectas interminables donde no se avanzaba.
Cruzamos Moral de la Reina y Cuenca de Campos antes de llegar a Villalón de Campos. Al llegar a Villalón eran cerca de las 19,30 h. Habíamos tardado casi tres horas en 26 km. …
Entramos al centro urbano para recuperarnos y valorar la situación.
Nos quedaban unos 30 km. por la carretera hasta Sahagún y era evidente que no íbamos a llegar de día. Había que adoptar una alternativa.
Valoramos la posibilidad de dormir en Villalón y al día siguiente partir hacia Sahagún para volver a nuestra ruta prevista. En ese caso habría que cancelar el hotel que teníamos reservado en Sahagún y buscar alguna alternativa en Villalón.
Otra alternativa era buscar un medio de transporte que nos llevara a Sahagún. Valoramos la posibilidad de hacerlo en transporte público. Pero no existía esa posibilidad Villalón y Sahagún pertenecen a provincias distintas y no hay servicios de bus entre ellas. La posibilidad del tren también la valoramos, pero había que desplazarse hasta Sahagún la mañana siguiente y coger un tren a León para recuperar el tiempo y la parte de ruta perdida.
Hechos polvo y pendientes de decidir algo, parecía imposible encontrar a esas horas de un domingo un medio que fuera capaz de transportar a cinco bicicletas con sus alforjas y a cinco personas sudadas y malolientes en aquel momento.
Pero habíamos hecho demasiado esfuerzo ese día para que al final desistiésemos y no lográsemos nuestro objetivo.
De esas cosas que ocurren pocas veces en la vida (y siendo Peregrinos= D.A.Y.S.I.), cuando estábamos valorando en medio de la calle principal de Villalón la posibilidad de dormir allí o buscar un tren, un viandante que nos había visto desde su coche hacía unas horas y varios pueblos atrás, se nos acercó a preguntarnos.
Este hombre del bar no tenía medios para llevarnos, pero nuestro estimado viandante nos indicó que probablemente pudiera conocer a alguien del gremio que pudiera llevarnos a los cinco con todo nuestro material hasta Sahagún.
Dicho y hecho, como el día anterior atravesando con las bicicletas y las alforjas los campos de Simancas, sin pensarlo un instante pusimos rumbo al Bar Becares.
El dueño no estaba, pero la persona que atendía la barra del bar se portó fenomenal. Localizó por teléfono a Fernando y en diez minutos, mientras nos tomábamos una cerveza, apareció en el bar para ver como podía ayudarnos.
Le comentamos nuestra situación y a Fernando, que disponía de un monovolumen y de un remolque, le faltó tiempo para ir a buscar sus herramientas de trabajo y echarnos una mano que sin duda necesitábamos.
Con no poca dificultad conseguimos meter las cinco bicicletas y las alforjas en el remolque (gracias también a los pulpos que nos dejó Javier -Hno. Emérito- con los que sujetamos las bicis).
Nosotros entramos en la zona “business class” del monovolumen y… hasta Sahagún.
Contentos, muy contentos de haber logrado una solución “in extremis” como el hermano Tardío.
Fernando entre Javier y Andrés |
El convoy “Peregrinoboyesco” en toda su extensión |
Las duras circunstancias de la jornada nos habían forzado a buscar apoyo externo para conseguir llegar a nuestro destino vespertino. Hasta llegar a Santiago, fue la única ocasión donde no conseguimos realizar por nuestros propios medios el plan inicialmente previsto, y no es que las jornadas venideras fueran a ser más sencillas (como queda reflejado en las crónicas de los siguientes días).
En cualquier caso, el día anterior hasta Simancas, teníamos previsto hacer 115,00 km e hicimos 144,7 km. Nuestra previsión para esta jornada hasta Sahagún eran 109,36 km. y habíamos hecho 84,4 km. Como diría posteriormente un profesional de las cuentas como Andrés, teníamos un saldo a nuestro favor de 4,74.
A la llegada a Sahagún, ducha y cena en la plaza del pueblo.
Que tengais un dia maravilloso chicos y lleno de buenas aventuras .. Como esta mandao
ResponderEliminarQUe tengais buen día de pedaleo y disfruteis de los parajes por los que paseis.
ResponderEliminarQue tal vais campeones??? seguro que bien :) podeis con todo :)
ResponderEliminarQue tal el día de hoy?
ResponderEliminarQue tal machotes??, ánimo que ya va quedando menos, aunque en el fondo estas experiencias me imagino que uno no quiere que se acaben. Supongo que a ninguno se le habrá ocurrido llevarse unas piernas de repuesto, pues nada cuando os duelan rezad al Apóstol Santiago que seguro que os ayudará. No sabéis bien la envidia que me dais, como me gustaría estar allí con vosotros. Venga mucho ánimo y sobre todo cuidado con la lluvia, la nieve y demás. Un fuerte abrazo.
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